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El vicepresidente de la Asociación de Amigos del Sanatorio-Escuela Hogar de Sierra Espuña, Andrés Marín, y el vocal Joaquín Karlsson, nos cuentan cómo su colectivo trabaja para la rehabilitación de ese edificio histórico que sirvió como lugar de recuperación para enfermos de tuberculosis, para acoger a jóvenes y como albergue.
En 1995 la Asamblea Regional instó al Gobierno autonómico a que evitara la degradación del inmueble y se le diera uso. Posteriormente, en 1997, se abandonó la vigilancia en la zona y comenzó el saqueo de los materiales.
El enclave ha sido lugar de atracción para aficionados a las psicofonías y los fenómenos paranormales.